Como ADMINISTRADORES CONCURSALES designados por el Juzgado Mercantil o por los acreedores asumimos la tarea de facilitar la continuidad empresarial mediante un convenio (de reducción y/o aplazamiento de deudas) que resulte aprobado por los acreedores y en caso de no ser posible lograr la mayor satisfacción posible de las deudas que la empresa mantiene con sus acreedores mediante la liquidación ordenada del patrimonio de aquélla y, en su caso, ejercitando las acciones que procedan contra los antiguos administradores.